La ciudad por la que nos movemos, no deja de ser una gran pieza de cemento sobre la que construimos nuestras casas y vivimos nuestras vidas. Cubre y ahoga lo que es realmente nuestro entorno natural, y hasta los pocos espacios donde podemos encontrar un poco de vegetación son también obra del hombre.

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Partiendo de esta idea, nace el proyecto "Ciutats de Ciment" (ciudades de cemento) en el que provoco y hago posibles pequeñas liberaciones que construyen una pequeña victoria.
Se trata de una obra viva. Empieza con un conjunto de tarros de cristal que contienen diferentes clases de semillas. Encima de éstos, se alzan pequeñas construcciones de cemento. Con el paso del tiempo, las semillas que los tarros guardan crecen, y acaban rompiendo el cemento para abrirse paso.

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Al agruparse, toman un sentido unitario, y construyen una pseudo-ciudad, en la que tendrá lugar una lucha entre el hombre y la naturaleza.

 

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